Pocos hombres pasan por la vida sin necesitar que nadie les adule.
Cada hombre o mujer en la vida debe estar consciente de su rol, unos seleccionan el dinero fácil, otros, el camino del trabajo con decencia, de la familia cohesionada, criada con principios y sobre todo, con humildad.
Santo Domingo Este ha sido históricamente escenario de contrastes y la prensa pocas veces exalta los grandes hombres e incluso, funcionarios, que hacen que esta ciudad se enorgullezca y sobre todo, la gente trabajadora, humilde, los que día a día han hecho del territorio el espacio que tenemos y acompaña a iguales en la añoranza de que el municipio sea cada día, un territorio donde vivamos en paz, armonía, desarrollo pero sobre todo, con referentes morales en los cuales basarse.
Peralta, conocido empresario, conocido por su carácter afable, nunca molesto, es actualmente funcionario del gobierno, director del Consejo PROMIPYMES, sin que ni antes (en el gobierno de Hipólito), ni ahora, aparezca quien ose hablar mal de él, o cuestionarlo.
Es posible, sí, que el paso de Porfirio por la «cosa pública» sea exaltando su rol asignado por un decreto presidencial, precisamente, por la conciencia de este de su lugar en la vida pública, sin creerse «más allá» ni querer tampoco.
Sea el gobierno que sea, del partido que sea, cualquier ciudad podría sentirse orgulloso, como creo que todo ciudadano de Santo Domingo Este debería, de tener de vecino un ciudadano ejemplar, como Porfirio Peralta.
Una encuesta publicó que entre los mejores valorados está «nuestro empresario» de «Muebles Ratán», pero más allá de esos clichets mercadológicos, contar con referentes humanos, decentes, educados, preparados y honestos, como Peralta, es la envidia de cualquier territorio.
